Las
salas de espera de cualquier hospital siempre son lo más parecido a la
antítesis del diseño y el buen gusto. Un sitio donde algunas familias
pasan momentos de angustia o críticos bajo una luz blanca, azulejos
fríos, sillas incómodas...
En este caso si
creemos que el diseño tendría que servir para crear espacios más
acogedores, donde la gente esté más a gusto. Así que este sala de espera
en el hospital de Spaarne en Holanda, abre un camino muy interesante para pedir espacios más
humanos.
A través de estas fotos no sólo
podemos ver detalles o decoración, sino como el diseño puede transmitir
emociones y ayudarnos a sentirnos mucho mejor.
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